La ansiedad no siempre se manifiesta en forma de inquietud, tropiezos con las palabras, sudoración o retraimiento. A veces se manifiesta como dolor de estómago, hombros encorvados o evitación de situaciones. Otras veces se parece más a una actitud pegajosa, un comportamiento de oposición, irritabilidad o hiperactividad. 

Por qué ocurre

La ansiedad (preocupación, estrés, miedo, etc.) puede desencadenar la respuesta automática del organismo de "lucha o huida". Esto no sólo conduce a ciertas sensaciones fisiológicas (corazón acelerado, sudoración) y respuestas conductuales (evitación, rechazo), sino que también provoca cambios en nuestra capacidad de pensar con claridad y racionalmente. Es fácil que los niños se queden "atrapados" en sus sentimientos y pensamientos ansiosos, y que esa ansiedad se descontrole. 

Qué puedes hacer tú:

1. Modele la calma. Es totalmente normal sentirse frustrado, molesto o impaciente cuando tu hijo está ansioso, sobre todo si lo que le preocupa no parece gran cosa. Una vez que se ha desencadenado en ellos esa respuesta de pánico, forzarles a superarla puede ser contraproducente y provocar una mayor evitación o sentimientos de vergüenza. Tómate unos segundos para tranquilizarte (respira hondo, haz una ligera pausa) y poder afrontar la situación con calma y lucidez.
2. Valida sus emociones. Independientemente de su reacción, es probable que haya una razón válida para que tu hijo se sienta ansioso. Tal vez le preocupe fracasar, cómo le percibirá la gente o que exista un peligro real. Puede que a tu hijo le resulte difícil entender realmente cómo se siente y por qué. Su capacidad para expresar y validar sus sentimientos no sólo le ayuda a sentirse visto y escuchado, sino que también le ayuda a procesar por qué se siente así en primer lugar. 
3. Calmar y tranquilizar. Si tu hijo lleva tiempo jugando a Mightier o tiene una estrategia favorita para calmarse, utilízala con él. Dado que la ansiedad suele ser una experiencia muy fisiológica y cognitiva, la respiración profunda, los ejercicios de enraizamiento, la conciencia plena y dar un paseo pueden ser claves para dar a su cerebro y a su cuerpo el tiempo necesario para relajarse y volver a conectar con la realidad.

Estas estrategias son estupendas para responder a los grandes momentos cuando suceden, pero las estrategias de prevención, como jugar a Mightier, son mejores para desarrollar habilidades de gestión de la ansiedad.

Obtén más información sobre cómo la herramienta digital de salud mental basada en juegos y clínicamente validada deMightier puede ayudar a tu hijo y a tu familia.