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10/28/21

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El secuestro de la ansiedad. Por qué es difícil calmarse

por Jessica Ragnio, MSW, LICSW, y Directora Clínica Asociada en Mightier

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La ansiedad puede ser poderosa. Tanto si se desencadena por algo específico como si parece existir por sí sola, la ansiedad afecta al cerebro y al cuerpo de diversas maneras. Está lo que sentimos y lo que nos produce la ansiedad a un nivel más superficial: palmas de las manos sudorosas, cara enrojecida, pensamientos perseverantes y asumir lo peor. También está lo que la ansiedad nos provoca internamente, y toda una red de sistemas y procesos dentro del cuerpo que impulsan las acciones cotidianas.

Hay una razón por la que la ansiedad puede ser tan poderosa como para secuestrar nuestros pensamientos y acciones. Tiene que ver con un sistema de respuesta instintivo construido en torno a nuestra necesidad de sobrevivir. Se trata de un sistema que pasa por alto el pensamiento y la elección racionales. Es la razón por la que podemos hablar de emociones y habilidades de afrontamiento cuando estamos tranquilos y, sin embargo, somos incapaces de acceder a esa información en los momentos en que más la necesitamos.

Cerebro cognitivo frente a cerebro emocional

Pensar en los sistemas fisiológicos en términos de sus funciones "cognitivas" y "emocionales" es una forma sencilla de desglosar este fenómeno del secuestro de la ansiedad. El "cerebro cognitivo" está formado en gran parte por el córtex prefrontal. Es el área responsable de tareas como el pensamiento claro, la toma de decisiones, el control de los impulsos y la predicción de consecuencias. Es la parte del cerebro que se ilumina cuando nos sentamos en una sesión de terapia, hablamos de emociones y comportamientos, pensamos en los desencadenantes de la ansiedad y reconocemos la importancia de estrategias calmantes como la respiración profunda. El cerebro cognitivo trabaja mejor cuando nos sentimos tranquilos.

El "cerebro emocional" funciona de forma diferente. Se trata, en gran medida, de nuestro sistema límbico, y actúa como torre de vigilancia y centro de control de todo el organismo. Cuando el cerebro emocional percibe una amenaza de cualquier tipo, se pone en marcha. Al activar una serie de sistemas corporales, nos prepara para responder a la amenaza. El ritmo cardíaco aumenta, la respiración se vuelve superficial y los músculos reciben más oxígeno para prepararse para el movimiento.

Se trata de un sistema que elude el pensamiento racional y la elección.

Sin embargo, esta preparación conlleva una contrapartida, ya que hay determinados sistemas y funciones que inevitablemente nos ralentizarían en momentos en los que se requiere una acción rápida. La principal y más frustrante cuando se trata de ansiedad es que el cerebro cognitivo es menos accesible.

"Sé por qué siento ansiedad, sé cómo se siente la ansiedad en mi cuerpo, así que ¿por qué me siento tan impotente para evitar que esto suceda?".

Al ejercer su control sobre el cerebro y el cuerpo en situaciones de amenaza percibida, el cerebro emocional consigue protegernos. Esta reacción es lo que muchos llaman "luchar, huir o congelarse", y el camino que tome el cuerpo depende en gran medida de la persona. Además de esta respuesta instintiva a las amenazas percibidas, los comportamientos aprendidos y practicados añaden fuerza adicional a la mezcla. Lo que esto significa es que, cuanto más se activa el cerebro emocional y toma el control total, mejor se activa y toma el control total.

Deshacer el secuestro

Si el control inmediato del cerebro emocional sobre nosotros se hace más fuerte cuanto más se activa en una dirección, activarlo en la otra puede hacer justo lo contrario. Para muchas personas que luchan contra la ansiedad, entrenar el cerebro y el cuerpo para que respondan de forma diferente en situaciones de estrés podría ser la respuesta. Este proceso incluye practicar repetidamente estrategias tranquilizadoras en los primeros momentos de ansiedad.

Mightier ayuda a los niños a desarrollar sus capacidades de regulación de las emociones de forma que se mantengan.

Mightierofrecen a los niños una visión de su cerebro emocional mediante la monitorización de su frecuencia cardiaca. Los niños disponen de una visualización constante de su ritmo cardíaco que se superpone al juego. Cuando su ritmo cardíaco aumenta, los juegos se vuelven más difíciles. Cuando bajan, obtienen recompensas. MightierLos juegos de la serie 's enseñan a los niños diversas estrategias de relajación para que experimenten con lo que más les convenga. Con el tiempo y la práctica continuada, este proceso de bajar el ritmo cardíaco restablece el equilibrio entre los cerebros cognitivo y emocional. El resultado final es una capacidad de tranquilización más automática y un cerebro cognitivo que permanece en línea y puede tomar decisiones racionales a pesar de sentirse amenazado.

La ansiedad es una emoción útil y valiosa. Tiene un propósito y un trabajo que hacer. A menudo es importante escuchar nuestra ansiedad y lo que nos dice sobre una situación, o incluso lo que nos dice sobre nosotros mismos. Pero para muchas personas, especialmente para los niños, la ansiedad puede ser abrumadora e incluso desbordante. Desarrollar una nueva respuesta reguladora automática da a los niños la oportunidad de abordar su ansiedad en lugar de sentirse abrumados por ella.

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